1994 llegó y ya casi se iba cuando con un gesto de rebeldia o para quizá para fortalecer la hegemonía, el Reforma decidió no estar con los voceadores.
En un hecho histórico, las plumas salieron a la calle a ofrecer el diario
mis manos hicieron el trueque de ideas por unas monedas.
Se ha ido Dehesa, Monsivais y otros tantos
las calles sangran y las mujeres lloran
las letras gritan en las paredes.
La tinta sigue en el papel
hace trazos en el cuerpo de la ciudad
una ciudad rebelde, triste y enamorada
una ciudad que aún vibra con su gente.
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