Y ella comenzó a escribir su historia
tomó prestada la pluma de su amado
suspiró y comenzó con las palabras
la punta metálica se deslizó lentamente
La blanca hoja se fue llenando
sus ideas, pensamientos la llenaban
su mano guiaba la pluma
ella escribía sobre ella misma
Cada letra se dibujaba en la piel
en su piel, ella, nadie más, lo hacía
solo ella escribía
su mano, sus historia su piel.
Nunca nadie la miró
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