Distingo a lo lejos el recuerdo de los 90, un nuevo medio invadía las calles del DF, un ángel comenzaba el vuelo bajo cobijo de un nombre de "harto significado para los defeños" sí, me refiero al Reforma.
1994 llegó y ya casi se iba cuando con un gesto de rebeldia o para quizá para fortalecer la hegemonía, el Reforma decidió no estar con los voceadores.
En un hecho histórico, las plumas salieron a la calle a ofrecer el diario
mis manos hicieron el trueque de ideas por unas monedas.
Se ha ido Dehesa, Monsivais y otros tantos
las calles sangran y las mujeres lloran
las letras gritan en las paredes.
La tinta sigue en el papel
hace trazos en el cuerpo de la ciudad
una ciudad rebelde, triste y enamorada
una ciudad que aún vibra con su gente.