martes, 4 de diciembre de 2018

Soy danza

El aire viaja entre mi cuerpo
Mis brazos se mueven suavemente
Mis manos dibujan imágenes al viento
Mis piernas vuelan al ritmo de mi alma
Mi cuerpo se fusiona con el agua
Soy aire, soy mar, soy fuego
Soy danza que vive, que muere y existe para siempre

lunes, 3 de diciembre de 2018

Algo para recordar

El sol caía a plomo sobre la ciudad
Los recuerdos se agolpaban 
Torturaban la memoria.

Subió al autobús
No miró hacia atrás
No quedaba algo para recordar.

jueves, 12 de julio de 2018

No pienso, luego no existo

Y si un día al despertar abriera los ojos y no reconociera nada
Y si un día no recordara quién soy
Si no recordara qué hago y qué me hace ser lo que soy
Y si no me reconociera en el espejo
Y si las cosas que me rodean dejaran de tener sentido para mí.
Y si un día perdiera la noción de que voy a morir
Y si un día dejara de pensar
Y si ese día dejara de sentir… de existir.

martes, 24 de abril de 2018

Solo teme

Desde hace algún tiempo el brillo en sus ojos se ha apagado, ahora es una mirada sombría.
Desde hace algún tiempo sus sueños se han guardado en una caja sin fondo.
Hoy no sonríe, se ve enfermo, decaído, sus pasos fuertes y seguros, hoy son lentos e inseguros.
Hoy tiene miedo de hablar, tiene miedo de luchar, piensa que ya no hay para qué seguir.
No vuela, no sueña, solo teme.

viernes, 23 de marzo de 2018

¿¡Los buenos!?

Permanecí encerrado por más de mil días, bueno eso creo; a ese lugar no le entraba ni un rayo de sol, apenas si podía respirar, recuerdo que me levantaron un lunes cuando el sol se estaba poniendo, creo que eran como las siete y de ahí solo recuerdo los trancazos que me daban.
Empecé a contar, como lo hacen en las películas, con la idea de llevar la cuenta de los segundos, minutos y horas; solo pude registrar los primeros ochenta y seis mil cuatrocientos segundos, bueno eso creo, porque después de tres mil doscientos golpes que también conté, tal vez me haya equivocado en mi primer conteo.
En serio, el olor en ese lugar era horrible, me imagino que en ese lugar, segurito tuvieron puercos, perros sucios, ratas y hasta un sapo debió habitar. ¿Por qué un sapo? Pues no sé, son feos y gordos y seguro huelen feo.
Después de varios días, creo; entró un tipo que con una voz rara (entre gruesa y delicada) dijo a uno de los personajes que ahí se encontraban; “Dale” acto seguido a esa palabra “mágica” a manera de orden, un fuerte golpe se asentó en mi espalda y después otro y otro y otro, hasta que el tipo de voz extraña dejó de repetir la palabra “mágica” ¡Dale!.
Unos instantes más tarde; el tipo que llamaré “el jefe” volvió a decir la palabra “mágica” y el otro, al que llamaré “elhijo” inició nuevamente con la golpiza. Después de los muchos golpes que recibí, me dio un ataque de risa, no podía parar, me imaginaba al “jefe” dando la orden y “elhijo”  ejecutándola, me imaginé a personajes del tipo de la película The Wall; uno como el juez gordo y el otro como uno de los policías, jajaja. Dejaron de dolerme los golpes, pero por cada carcajada mía, se duplicaba la orden y la ejecución, creo que terminaron más cansados ellos, uno de dar la orden y el otro de pegar, que yo adolorido de los trancazos.
Según yo, al día siguiente entró una mujer, creo que era delgada, sus pasos se escuchaban ligeros, ella me dio agua y un poco de lechuga, se quedó largo rato, creo que jugaba con un celular, solo podía escuchar su respiración, no hablaba, solo respiraba, después de un largo rato, se levantó y salió apresuradamente de la habitación; cuando abrió la puerta alcancé a escuchar, a lo lejos unos pesados pasos que se aproximaban, la puerta se cerró; todo quedó en silencio; instantes después se abrió de golpe la puerta y los pesados pies entraron, escuché un fuerte golpe, la madera crujió y yo caí al suelo. Había olvidado decirles que me habían sentado en una especie de banco. La voz del “jefe”, la misma que decía la palabra “mágica”, comenzó a decir en un tono molesto y un tanto desesperado. “Mira yo soy tu amigo, quiero ayudarte; yo estoy aquí para ayudar a la gente que está conmigo, si tú me ayudas y colaboras, yo sin dudarlo meto las manos por ti”. Yo la verdad no le entendía a qué se refería, así que permanecí callado; el “jefe” un poco más desesperado me dijo: ”Tú no me dejas otro camino que decirle a mi superior que no me sirves y entonces…” yo seguía sin entender algo, permanecí callado. Una vez más el “jefe” habló conmigo, ahora con una voz más amable, hasta suave y delicado: “En serio yo te voy a ayudar, si Dios quiere pronto vas a salir de esto, deja te cuento, yo tengo unos amigos que pasaron por lo mismo que tú y lo que hicieron fue confiar y decir las cosas, yo he vivido mucho y de verdad sé que de algo así está difícil salir, la situación está fea, si yo fuera tú confiaría sin dudar”. Me cae, en serio, no le entendía nada, es más ni siquiera sabía qué es aquello que según este tipo debía saber.
Después de esto se desesperó y volvió a llamar a su guardia, abrió la puerta y lo escuché entrar, entonces ya sabía lo que pasaría; el “jefe” diría la palabra y “elhijo” me golpearía, ahora ya no me reí, ahora puse atención en otros detalles; el tipo de las ordenes respiraba con dificultad (sin duda era gordo) el otro, el de los golpes no hablaba, solo balbuceaba una palabra “sí jefe” (seguro tenía un problema de salud, tal vez problemas de aprendizaje).
Terminado mi “tratamiento”, salieron y el cuarto quedó en silencio otra vez y yo en el suelo. Creo que me quedé dormido por largo tiempo; escuché que la puerta se abría y una persona entró, sentí que sostenía mi cabeza y me incorporó, me sentó en el banco y me dio agua; no, no era la mujer de la otra vez, eran las manos de un tipo grande; limpió mi cara con un trapo húmedo; me dio de comer, parece que era sopa de fideo, eso quiero creer, me dio de beber agua otra vez y antes de salir dijo: “Lo siento, yo no estoy de acuerdo pero… de verdad lo siento”. Dicho esto, salió y cerró la puerta.
El silencio solo era interrumpido por mis pies golpeando el suelo, intenté seguir el ritmo de una canción que recordaba, pero igual que cuando estaba libre, fui malísimo, creo que fue bueno que estuviera amordazado, porque si me hubieran escuchado cantar, segurito entran y sin necesidad de escuchar la palabra “mágica” me golpean.
Todo se convirtió en rutina, el “jefe” entraba a la habitación, a veces me humillaba, segundos después me hablaba como si fuera su gran amigo, un poco después me gritaba y todas las veces terminaba con su palabra “mágica” y “elhijo” me propinaba la acostumbrada golpiza.
Un día escuché mucho ruido, la mujer delgada entró, algo dijo pero la verdad no le escuché, el hombre que me pidió disculpas entró y repitió lo que me había dicho días atrás. “Elhijo” entró y sí; si lo pensaron, así fue, me vino a dar el tratamiento acostumbrado y ahora sin la palabra “mágica”. Fue muy rápido, pero eso sí, bien dado.
Por último, el “jefe” entró y me dijo “Ya se fregó todo, vas a valer madre, te dije que cooperaras pero no, no eres una persona soluble, entonces te va a llevar la fregada” después de escucharlo, cerré los ojos (no sé para qué, si tenía una venda que impedía que viera algo, tal vez y solo como acto reflejo) Escuché a lo lejos unos gritos “Policía federal, todos al suelo; escuché un ruido como un trueno y pensé hasta aquí llegué; escuché unos pasos muy pesados alejarse rápidamente, mientras tanto, el ruido de gente corriendo, gritos y disparos se apoderaron del lugar.
Después de un rato solo silencio, de pronto, muchas voces cerca: “Despejado”, aquí hay alguien, es una víctima, está viva, traigan una camilla; sentí que me levantaron del piso y una voz me dijo, ya todo está bien, estás a salvo, somos los buenos.
Sí, les agradezco que me hayan liberado, le dije al oficial que me tomaba la declaración y le pregunté si necesitaban algo más; él representante del MP me dijo que en cuanto su “jefe” saliera de una junta con sus cercanos, me atendería; entonces intenté mirar a través de unos cristales sucios y un tanto empañados, no se lograba ver nada, así que agucé el oído y a lo lejos escuché varias voces, unas voces que hicieron que sudara frío, me sentí como el protagonista de naranja mecánica, respondiendo a la quinta de Beethoven; así me sentí al escuchar, entre risas la palabra “mágica” ¡Dale! Y después un golpe y unas risas.
La voz se escuchó y dijo entre risas, “Se nos cayó el dispositivo, es que todos son unos tontos, todo lo debo resolver yo, el masculino se salvó, ¡Dale!” y otro golpe se escuchó y otra vez risas.
El sudor escurría por mi frente, comencé a temblar, escuché que dejaban de reír y se acercaban a la puerta; me levanté y salí corriendo de ahí.

Querido lector: A continuación te dejo dos finales, elije el que consideres mejor para la historia, o bien, inventa uno diferente y compártelo en los comentarios. ¡Gracias!
Final 1
Desde ese día, camino inseguro, volteo a todos lados, me siento perseguido y si escucho la palabra “mágica” ¡Dale! No importa dónde, ni quién la diga, de inmediato me hago bolita y comienzo a llorar. Nada volverá a ser lo mismo.
Final 2
Ya en la calle me quedé pensando, y si me equivoqué, y sí solo era mi imaginación, y si regreso a terminar el trámite; en eso estaba cuando volví a escuchar las voces, cuatro figuras, tres de ellas masculinas (Uno que no pasaba del 1.70 obeso, otro como de 1.65 un poco menos gordo, el otro medía como 1.78) y la otra, de una mujer muy delgada y blanca como la nieve. Los cuatro bajaban las escaleras, me oculté detrás de una camioneta y vi como todos los oficiales que se encontraban ahí los saludaban cuadrándose, sin duda era el “jefe”, valiente jefe de “los buenos”; los vi alejarse y el “jefe” diciendo la palabra “mágica” mientras el ayudante-ejecutor-sirviente golpeaba al otro acompañante, acto seguido los cuatro reían.
Ahí me que quedé por un largo rato, pensando que solo aquí pasa esto, “los buenos” son los que actúan contra nosotros y al final solo nos queda guardar silencio, pues no hay quién nos defienda.

 

martes, 6 de marzo de 2018

Nos refugiaremos

Llego al límite de los lugares comunes
Nada es casualidad, el misterio de tus ideas me hacen transgredir
El silencio se va, nos deja en medio de las formas desconocidas
Juntos desafiamos los mitos y nos convertimos en un rito lejano
Algún día, en algún lugar nos reconoceremos, correremos, huiremos
Nos refugiaremos en nuestras miradas y volveremos a nacer.
Las horas se congelan en la imaginación
Se disuelven en la angustia de vivir
Mi piel se derrite en tus brazos
Mis sueños cobran vida en ti.

miércoles, 21 de febrero de 2018

Sentido

El tiempo se detuvo en tu mirada
Mi tinta dibuja lento en tu cuerpo
La vida, nuestra vida se disuelve en tus labios
La esencia de nosotros se pierde entre tus manos
Y ahora, todo cobra sentido en tus suspiros

jueves, 11 de enero de 2018

Ideas

Imaginen esta situación.

Un líder de comunicación reúne a su gerente de comunicación con sus jefes de área y cada uno de ellos con el personal a cargo, para presentar el plan de trabajo.
Justo minutos antes de ir a la reunión, el gerente sale y dice en voz alta: “Ni modo tenemos que ir a soportar esas cosas”

Ya en la reunión, el líder de comunicación habla de los logros del año pasado, después presenta los proyectos que se van a trabajar en el presente año. Durante toda la presentación, el gerente y los jefes muestran desagrado a cada aspecto presentado; el resto del equipo solo escucha.
Al finalizar la presentación del plan de trabajo 2018, el líder pide que si alguien tiene algún comentario respecto a si falta algo por considerar o si existía una propuesta para mejorar algún punto.

Uno de los integrantes de una de las áreas sugirió que sería interesante armar una serie de trivias para saber si el personal recibe los mensajes, si realmente los está viendo y entendiendo; mencionó que además podrían funcionar para reforzar temas que se consideren importantes y que en una primera etapa se podría realizar una prueba piloto con una parte del público.

Antes de que terminara su participación, el gerente interrumpió y dijo que eso no era posible, los jefes de área aprobaron la intervención, el gerente dijo que eso sería mucho trabajo y que no existen los recursos humanos ni técnicos para realizar esa labor. Mientras eso pasaba, el gerente volteaba a ver al colaborador que había dado la idea, con coraje.

La respuesta del gerente, un no automático, dando el cómo no en lugar de… tal vez decir que sería cuestión de analizar el punto.

Por su parte, el líder, veía con gusto que alguien del equipo se había atrevido a dar una idea y mencionó: “Es una buena idea, hay que analizarla, posiblemente se pueda segmentar y sería de gran ayuda para medir la efectividad de los mensajes y medios”
Moraleja.

No hay nada más triste que tener en la parte media de la estructura de comunicación a personas que antes de analizar de manera racional las propuestas del personal, en automático las descalifican, y lo peor es que sea por falta de ganas de trabajar, por desconocimiento o simplemente porque el líder del área no les cae bien.

Pero lo más importante es que debemos motivar al personal a que participe y comparta sus ideas, el área de comunicación se alimenta de eso, de ideas.