domingo, 21 de septiembre de 2008

23 años y seguimos de pie

Aún recuerdo, aún lo siento bajo mis pies.

19 de septiembre de 1985, 7:19 de la mañana, mis compañeros y la maestra nos disponíamos a iniciar la clase de Química.


Me encontraba en el cuarto piso del Instituto Juventud, entrando al laboratorio, junto a mi, mis compañeras siempre puntuales, y de pronto, la tierra se movió.

Ahora, a 23 años sus corazones siguen latiendo en nuestros recuerdos,
aún escuchamos sus voces en Tlatelolco y sus máquinas de costura en San Antonio.

Seguimos recordando su mirada, su comida, y seguimos extrañando su presencia;
y eso es lo que nos mantiene de pie, sí su recuerdo nos mantiene en pie.

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