domingo, 4 de enero de 2009

Recuerdos

Aún recuerdo esos primeros años, bueno, muy vagamente, pero los recuerdo; todavía siento el aire puro llenar mi cuerpo, cómo olvidar la figura de mi abuelita en la cocina hecha de adobe y como un rito, yo llegaba, me abrazaba a su regazo y ella me miraba con ternura y me decía buen día mi muchachito; cómo podría olvidar mis primeros años en Uruapan.

Con orgullo y añoranza recuerdo mis tardes en el cerro de La Charanda, acariciando la tierra roja y deslizándome con un costal sobre el huinumo, qué si tenía tele, ¡claro! pero yo prefería correr en el campo e imaginar viajes por el mundo entero.

Rodeado por una familia de maestros (de aquellos que sí creían en la educación y en su magisterio, de aquellos que ponían el corazón en su labor y de aquellos que no faltaban a sus clases por ningún motivo) asistí al kinder donde según recuerdo, me encantaba jugar y participar en los bailables, después ingresé a la primaria, tuve grandes maestros y mejores ejemplos; aún está en mi mente mi primer día de clases, en el cual mi abuelita me acompañó y de camino me compró mi primer libreta y lápiz, tal vez por eso siga prefiriendo una hoja de papel y un lápiz para escribir mis historias; siento que de esa manera sigo cerca de mi abuelita.

Cómo olvidar los domingos en Uruapan, 7:00 AM tenía que levantarme para ver Chabelo, fiel compañero durante mi infancia, un cómplice de sueños y juegos; mi cuate de niño y de grande.

Ahora a 37 años de mi nacimiento, hago un recuento de mis primeros 8 años de vida, ocho años respirando el aire de Uruapan, ocho años que marcaron mi camino; Purepecha por elección, soñador por convicción y maestro por tradición.

2009 se presenta como un año lleno de retos y éxitos, pero sobre todo, es un año para agradecer a la vida lo que me ha dado.

1 comentario:

GABRIELA P.A. dijo...

Iván jamas creí que fueras capaz de escribir cosas tan bellas ya vez como sitienes un corazonzote, guaw¡¡¡