domingo, 7 de marzo de 2010

Extinguir

Nunca seis horas fueron tan largas,
las primeras 4 a Morelia
y dos más a Uruapan.

Después de muchos años regreso al lugar que me vio crecer,
al lugar donde aprendí que la humildad es valiosa,
donde comprendí el valor de una palabra sincera,
el lugar que se llamó hogar.

Hace 30 años que deje Uruapan,
deje atrás un sin fin de recuerdos,
de personas, de lugares.

Justo hoy que mi vida se vuelca implacable
mi abue se aferra a una lucha por vivir,
esa mujer que cuidó mis primeros pasos
y escuchó mis primeras palabras,
la mujer que sabe de mis sueños y pesadillas.

Hoy su espíritu se aferra a este mundo
y mi alma se hace pequeña al pensar en su partida,
ella seguirá dando luz a nuestras vidas
y seguirá compartiendo sus sueños.

Hoy compruebo el nombre de blog,
mis sueños se extinguen como la vida misma.

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