martes, 30 de junio de 2015

Dicen que miento

Dicen que miento, no, no es mentira nada de lo que digo, de verdad yo conocí a ese hombre; fue su mujer, bueno su ex esposa la que me lo presentó.
Estábamos en el vuelo México - París, imagínense, 14 horas de vuelo, por supuesto que pudimos hablar.
Ella, una mujer de 38 años, aunque se veía más joven, ojos color miel, tez morena, alta, cabello rizado. Él, como de 1 metro 65, muy blanco, casi transparente, él decía que tenía 35, pero parecía de 50.
Era como si nos conociéramos de hace tiempo, bueno, yo a él sí lo conocía, de hecho alguna vez me pidió ayuda para empezar un negocio.
En serio, no les miento, un amigo de mi tío, nos presentó en una fiesta de mi primo; sí, mi primo el que tenía un lote de autos, mi primo era muy inteligente y muy tranza.
Después de 8 horas de platicar con la mujer, resultó que ella conocía a mi primo y que alguna vez, ella le vendió un collar de perlas. Después supe que ese collar le había pertenecido a una amiga de mi mamá.
Por cierto, esa amiga una vez se me insinuó, era madura pero la verdad, solo porque era amiga de mi mamá no me aventé.
Seguíamos platicando cuando la sobrecargo se acercó a decirnos si se nos ofrecía algo, yo vi que la mujer, la ex esposa del señor por el que me preguntan, me guiñó un ojo; de inmediato le sonreí, mientras le pedía a la sobrecargo una cerveza.
La mujer le pidió un vaso con agua, justo cuando llevábamos 9 horas de vuelo; sería el vuelo sobre el océano, la altura, su perfume, ver a su acompañante dormido o las 6 cervezas que llevaba, pero no me aguante y le planté un beso.
¿Cómo que a quién? pues a la ex esposa del señor, ni modo que a la sobrecargo.
Ella se sobresaltó y me dio una bofetada, se puso como loca, tanto que los pilotos salieron a calmarla.
Y fue cuando los pasajeros empezaron a gritar que nos desplomábamos; fue por eso que me metí a la cabina, para pilotear y aterrizar en Irlanda; no, no había fuego, solo que los pilotos se salieron y yo tuve que salvar a todos los pasajeros.
No, no fue un sueño, de verdad, no les miento, yo conocía a ese hombre, sí al ex esposo de la mujer a la que besé en el avión, pero ella fue la que lo pidió, ella me guiñó el ojo.
Mi abuelo siempre me dijo que si yo veía que algo estaba en riesgo, tenía que actuar de inmediato y eso fue lo que hice, simplemente actué, además yo ya había volado un avión; mi tío y mi primo me prestaron una vez su avión y lo volé a Dubái.
Él se queda solo en la habitación, afuera se escucha una conversación.
Sigue creyendo que él voló el avión
¿Y quiénes son todas esas personas de las que habla?
Somos nosotros, nos hace parte de sus mentiras.
Él, es el actor principal de su gran mentira, su vida.

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