martes, 11 de mayo de 2010

El Quijote sin Dulcinea

Las estrellas siguen ahí, en el cielo,
casi eternas compañeras de sus sueños,
sueños que se van y que regresan;
ilusiones que se construyen en un día.

La noche aún no los cubre con su manto,
el lago no baña sus palabras ni sus pies,
el viento hoy no sopla con fuerza,
no mueve los arboles ni los molinos.

Hoy el Quijote no anda el camino,
su fiel escudero se ha quedado en el olvido,
porque su hermosa doncella desaparecer ha decidido.

Regresa oh Dulcinea, él diría,
sin embargo, su pena es más grande.
A Dulcinea, sin problema en un libro la encuentra,
pero su sueño de grandeza lo ha perdido.

Nuestro Quijote jamás volverá a recorrer el camino,
sus pasos ya no se escucharán en el sendero,
los molinos extrañarán su figura,
y Dulcinea sin el Quijote simplemente no ha existido.

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