La horas se van, los minutos se escurren y los días se pierden en lo recuerdos que no volverán; mis sueños se dividen en mitades que se parten de dos en dos y después por la mitad.
Una guitarra suena a lo lejos, la voz de Sabina se pierde y se mezcla con los martillazos sobre la blanca pared donde el nuevo Van Gogh ha pintado sus penas y sus placeres, sus placeres que se convierten en muchos motivos para caminar largas distancias.
El tren llega a la estación con media hora de retraso, el suicida ha perdido la oportunidad de partir, obsesivo como nadie, esperaba morir a las 10 y no a las 10 con 30. Se ha quedado sin llegar al paraíso y así se quedará.
El torero busca la puerta del ruedo y sale corriendo siguiendo un sueño que ya no es, un taxi devora las calles sin subir a nadie porque no le interesa llevar ni traer, no le interesa estar ni ser.
Y del otro lado de esa barda de acero, el niño llora por su madre que quedó atrás; una botella de vino que se amarga con el paso del tiempo, un tiempo que se va y no regresa.
El pensamiento se apodera de las pocas neuronas del adicto y lo lleva a viaje más profundo donde se pierde en las palabras que jamás dirá.
La guitarra de Sabina y su voz regresa y traen consigo el olor de una cerveza que se pierde en el olvido de la noche, la luz aún no llega, hoy no lastima los ojos del poeta, sus palabras se caen al cambiar el semáforo de color.
Ya no hay besos que dar, la vida sigue y el olvido se queda en el corazón.
Un espacio donde las palabras se agolpan y se mezclan con los pensamientos dando como resultado una serie de sueños, deseos y realidades.
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lunes, 21 de junio de 2010
12 horas
El mar extraña a la luna al salir el sol,
12 horas de creciente desesperación se apodera de él,
720 minutos son una eternidad que mata,
que mata el sentido de orientación y que aletarga el movimiento.
12 horas para que sus rayos acaricien nuevamente sus aguas
horas que pasan lentas cuando se espera,
tan sólo 12 horas para que él sea el espejo de sus vanidades,
el área de descanso de sus penas y el rincón para sus alegrías.
12 horas para que la luna sienta la marea en su ser,
12 horas para que el ímpetu del mar se apodere de ella,
12 horas para volver a vivir.
12 horas de creciente desesperación se apodera de él,
720 minutos son una eternidad que mata,
que mata el sentido de orientación y que aletarga el movimiento.
12 horas para que sus rayos acaricien nuevamente sus aguas
horas que pasan lentas cuando se espera,
tan sólo 12 horas para que él sea el espejo de sus vanidades,
el área de descanso de sus penas y el rincón para sus alegrías.
12 horas para que la luna sienta la marea en su ser,
12 horas para que el ímpetu del mar se apodere de ella,
12 horas para volver a vivir.
Eclipse
La luna esperaba ansiosa la llegada del sol
ella sabía que la profecía se iba a cumplir
Esa tarde sin excusa una vez más juntos estarán.
Unos le llaman eclipse, algunos otros maldición,
algunos los veneran y otros tantos sienten temor.
Selene ha esperado por mucho tiempo el momento,
Helios sabe que está cerca.
Juntos una vez más en el cielo,
dejarán en penumbras la tierra,
ocultando su unión a ojos extraños.
Sin duda esta tarde su unión concluirá
y por siglos enteros uno serán.
ella sabía que la profecía se iba a cumplir
Esa tarde sin excusa una vez más juntos estarán.
Unos le llaman eclipse, algunos otros maldición,
algunos los veneran y otros tantos sienten temor.
Selene ha esperado por mucho tiempo el momento,
Helios sabe que está cerca.
Juntos una vez más en el cielo,
dejarán en penumbras la tierra,
ocultando su unión a ojos extraños.
Sin duda esta tarde su unión concluirá
y por siglos enteros uno serán.
viernes, 18 de junio de 2010
Brisa
El cielo lloró y dejó caer sus lágrimas sobre las calles de mi ciudad,
Las gotas cubrían cada rincón de este espacio vital,
mis pasos devoraban metros mientras a lo lejos sonaba una canción de los Tacubos,
"Fue como ir de mayor a menor" decía la canción...
Mis pensamientos subían al cielo y caían con la lluvia,
convirtiéndose en sueños que viajaban por el viento
hasta transformarse en una suave brisa de mar.
"No me hubieras dejado esa noche, porque esa misma noche..."
Porque esa misma noche la luna se ocultó y dejó sin luz al mar de tus recuerdos.
Se fue sin decir palabra alguna, se fue sin decir adiós.
Los Tacubos callaron y mi soledad creció.
domingo, 13 de junio de 2010
Cámara, Acción
La nube impide recordar tu rostro
todo parece estar dentro de un filme de Fellini,
Las caras en blanco y negro me recuerdan un poco el impresionismo ruso
y tu voz se pierde en el ruido de la moviola del cine mudo.
Te veo a lo lejos, creo distinguirte y pasó de largo sin reconocerte;
muchas vidas, seguramente han pasado, en algunas de ellas juntos y otras tal vez de bandos contrarios.
Una nueva historia se gesta en la mente del gran escritor,
un nuevo guión está por descubrir el papel de los dos,
Tal vez Wenders, Almodovar, Spielberg, Curtiz o Del Toro,
Quizá Kidman, Moore, Cruise, Clooney o tal vez Craig pudieran dirigir e interpretar esta nueva historia.
El director ha gritado ya,
"Listos todos, Cámara, Acción"
No hay marcha atrás el rodaje inició.
jueves, 10 de junio de 2010
El perdón
Las palabras se agolpan en la mente,
los sueños se esfuman en las calles,
el miedo, el miedo se respira con fuerza
y penetra sin sentido en las fibras más profundas.
Perdonar, tal vez, disculpar la necesidad de vivir o de morir,
Los cielos no escuchan la voz del que no habla,
mis palabras no hacen eco en las montañas,
el perdón no llega sin hablar.
El pasado y el interior deben ser perdonados,
el peso es demasiado, son años o tal vez siglos y vidas sin perdonar.
los sueños se esfuman en las calles,
el miedo, el miedo se respira con fuerza
y penetra sin sentido en las fibras más profundas.
Perdonar, tal vez, disculpar la necesidad de vivir o de morir,
Los cielos no escuchan la voz del que no habla,
mis palabras no hacen eco en las montañas,
el perdón no llega sin hablar.
El pasado y el interior deben ser perdonados,
el peso es demasiado, son años o tal vez siglos y vidas sin perdonar.
sábado, 5 de junio de 2010
No es el miedo
No es el miedo, es simplemente las ganas de volar.
Es el estar y caminar.
Es el trabajar un día y recorrer los campos verdes de mis sueños;
no pensar en las nubes, no pensar en el suelo.
Imaginar, soñar y volar y después una vez más soñar.
El canto del poeta
Capitulo 4
El gusano
El poeta siguió su camino y a cada paso que daba, el cansancio y el hambre hacían estragos en su condición y en su cabeza seguían dando vueltas las palabras que el árbol y la piedra le habían dicho.
Sin darse cuenta comenzó a pensar en voz alta.
+ Pensar con el corazón y buscar donde el corazón me dirija, no puedo entender lo que me trataban de decir.
Tengo tanta hambre que ahora sí sería capaz e comer lo que fuera, hasta un gusano.
- No por favor, no lo hagas, qué culpa tengo yo de que tengas tanto apetito.
+ ¿Quién habló? ¡Ah! eres tu, un gusano que habla; ja, con todo lo que he visto, ya no me parece nada extraño, tal vez sea el hambre o mi cabeza, pero bueno, no temas , no te comeré, sólo era un comentario.
- Es que como te veo tan cansado y se nota que tienes mucha hambre, todo es posible; pero, por qué no comes, aquí hay muchas cosas ricas.
+ Ricas para ti, pero para un ser humano como yo, no creo que lo sea; tu puedes comer hojas e incluso a otros insectos, pero yo.
- Se me olvidaba que ustedes los hombres tienen esa fea palabra, que no los deja hacer cosas.
+ ¿A qué palabra te refieres?
- Pues a su palabra favorita, el famoso "PERO", la utilizan tanto, que tal parece, no pueden vivir sin ella.
Además, siempre les sirve para no hacer las cosas y lo peor de todo es que en la mayoría de los casos ni siquiera lo intentan.
+ Eso no es cierto
- Yo te voy a demostrar que sí, a ver, si tienes tanta hambre por qué no trepas a ese árbol y tomas uno de sus frutos y te lo comes.
+ No es mala idea, pero, están demasiado altos, me podría caer y me haría daño.
- ¿Ya ves como tengo razón? En lugar de buscar la manera de obtener el fruto, antes de siquiera intentarlo, ya te estás cerrando la oportunidad de obtenerlo.
+ Tienes razón, ¡ya sé! Pero, por qué no subes tu, que sabes como hacerlo y me arrojas el fruto.
- A mi no me costaría nada de trabajo, lo hago a cada rato.
+ ¡Pues hazlo!
- ¡No! Porque entonces yo te estaría resolviendo tu problema y tu no harías nada por conseguirlo.
+ ¡Bueno! Pero, me estarías ayudando.
- Sí, ¿y tu no te sentirías mejor si lo lograrás por ti mismo?
+ Creo que sí, recuerdo que cuando era pequeño siempre estaba haciendo cosas que por muy difíciles que perecieran las intentaba y me sentía tan pleno cuando las lograba, pero bueno esas eran cosas de niños.
- Otra vez con tu pero, si tan sólo todos los humanos pensarán como niños, te aseguro que su vida no sería tan complicada.
En ese momento una fruta cayó en medio del poeta y del gusano, el joven se abalanzó sobre la fruta y la tomó en sus manos, se disponía a darle una tremenda mordida cuando de reojo vio al pequeño ser.
+ ¿Quiéres la mitad de está manzana?
- Me da gusto que me ofrezcas, pues me doy cuenta que tienes buenos sentimientos.
+ Recordé que cuando era pequeño, entre los amigos todo nos compartíamos y ahora lo quiero empezar a hacer.
- Gracias por considerarme tu amigo, pues tu lo eres desde la primera vez que te vi, y como muestra de mi amistad un consejo te daré: como niño siempre encontrarás lo que tu mente no verá.
Después de esa recomendación, el gusano internó entre el espeso pasto, dejando al poeta disfrutar de aquel delicioso manjar.
martes, 1 de junio de 2010
El canto del poeta
Capitulo 3
La piedra
Ya era bastante tarde y el poeta no podía escuchar aquel canto que lo hiciera emprender tan extraña aventura.
El sol, poco a poco iba menguando las fuerzas del joven, incluso ya casi no le quedaban ánimos para tararear una de sus canciones preferidas, pero tampoco quería descansar, pues pensaba que si se apuraba tal vez llegaría a donde según él se originaba el canto.
Hubo un momento en el que por poco cae al suelo y sacando fuerzas de un lugar muy dentro de sí, logró mantenerse en pie; entonces, fue cuando se dio cuenta de que llevaba varias horas sin probar alimento, y dijo:
- Con razón me siento tan agotado, sí, el hambre me ha hecho imaginar todo: el canto y el árbol parlante, ¡claro! Que tonto soy, los árboles no hablan, sí, ahora estoy seguro, estoy completamente seguro de que ha sido el hambre lo que me ha hecho imaginar todo esto.
El poeta siguió hablando, hasta que de pronto tropezó con una piedra que se encontraba en el camino, dicho tropiezo propició la caída del poeta, quien se levantó de inmediato y con gran fuerza pateó la piedra en claro síntoma de molestia y a la vez gritó:
- ¡Maldita piedra! ¿Por qué te pones en mi camino?
En ese momento se escuchó una voz bastante molesta
+ ¿A quién le dices maldita?
El joven, molesto por lo que le había sucedido y con la pena de que alguien lo hubiera visto caer, levantó la voz y vociferó:
- No estoy para bromistas, así que, ¡seas quien seas más te vale que salgas de tu escondite!
+ No necesito esconderme pues me acabas de patear, además debo aclararte que no soy maldita; y yo, no me puse en tu camino, tengo mucho tiempo en este lugar, así que, tu eres el que se atrevió a pasar por mi territorio.
- No puede ser, ahora el hambre me hace imaginar a una piedra que me regaña; al paso que voy, al rato imaginaré a un pájaro que hable y baile, no creo poder soportarlo.
+ ¡Claro que lo soportarás! Y no estás imaginando, sí soy una piedra y sí me estás escuchando; por otro lado yo no te estoy regañando, sólo te estoy aclarando que si te caíste no fue por mi culpa, sino porque no venías atento al camino.
- ¿Cómo puedo venir atento si tengo tanta hambre?
+ Pues si tienes tanto apetito ¿por qué no comes?
- ¿Comer? Tu de verdad que estás loca, pero si aquí no hay ninguna tienda o restaurante donde se pueda comer algo
+ ¡Ah! Ustedes los humanos, siempre pensando en que para alimentarse es necesario una tienda y peor aún, creen que sin dinero no pueden comer.
- Me vas a decir que no es necesario el dinero para comprar alimento, si te atreves a decir eso voy a confirmar que eres una piedra muy loca.
+ Pues sí, para alimentarse no necesitas dinero, ve a los pajaritos, ellos no tienen dinero y se alimentan; observa a esa hormiga, en sus pequeños colmillos lleva una hoja que pronto comerá y yo te aseguro que no necesitó ni un sólo centavo para adquirirla.
- ¿Acaso me estás diciendo que debo comer insectos, hojas o pedazos de árbol? Estás alucinando, esa comida es de animales, ¡Jamás probaría algo así!
+ Entonces no tienes tanta hambre, pues de lo contrario ya habrías buscado algo que comer en este bosque; no estoy diciendo que debas comer insectos como lo hacen algunas aves o que debas ingerir hojas como las hormigas, pero podrías buscar algo que tal vez sí te agrade.
- ¡Por favor! Qué podría encontrar en medio de este bosque que me gustara comer.
+ Eso no te lo voy a decir yo, me doy cuenta de que estás acostumbrado a que todo te lo resuelvan y a no hacer esfuerzo alguno para conseguir lo que necesites, de esa manera no vas a lograr encontrar lo que te ha traído a este bosque.
- ¡Tu sabes de dónde proviene el canto? ¡Dime quien lo produce! y dónde lo puedo encontrar.
+ ¡Bueno! de verdad que contigo no se puede y luego dicen que nosotras las piedras estamos cerradas, ¡cerrado estás tu!
- Otra vez me estás agrediendo, si lo vuelves a hacer me voy.
+ ¡Ándale! vete, siempre que alguien no hace lo que quieres, huyes; por eso no logras lo que en tu interior buscas y quieres.
- ¿Me vas a decir dónde puedo encontrar a lo que produce el canto? ¿Sí o no?
+ ¡No! pero a cambio te voy a sugerir que cuando busques algo, no lo busques donde todos lo harían, búscalo a donde tu corazón te dirija.
El mínimo esfuerzo no es soñar
La construcción de un sueño no se da de la noche a la mañana,
incluso los más fugaces, llevan un proceso previo;
se debe pensar, vivir o por lo menos imaginarlos.
Los sueños no se llevan con el mínimo esfuerzo, ¡no!
Los sueños son producto de una serie de acontecimientos que se van integrando,
No se trata de hacer copy - paste, sería ridículo que una noche, abrieras internet, copiaras una frase y la pegaras para empezar a soñar, y así, en sólo 2 minutos ya estarías soñando.
¡No! los sueños son un ejercicio de seducción, de acercarse a la noche, de pensar antes de dormir, de caer en estado alfa y soñar, vivir y despertar; y al final, tal vez no recordar.
Eso no te lleva dos minutos, soñar te lleva una vida.
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