martes, 1 de junio de 2010

El canto del poeta

Capitulo 3
La piedra

Ya era bastante tarde y el poeta no podía escuchar aquel canto que lo hiciera emprender tan extraña aventura.

El sol, poco a poco iba menguando las fuerzas del joven, incluso ya casi no le quedaban ánimos para tararear una de sus canciones preferidas, pero tampoco quería descansar, pues pensaba que si se apuraba tal vez llegaría a donde según él se originaba el canto.

Hubo un momento en el que por poco cae al suelo y sacando fuerzas de un lugar muy dentro de sí, logró mantenerse en pie; entonces, fue cuando se dio cuenta de que llevaba varias horas sin probar alimento, y dijo:

- Con razón me siento tan agotado, sí, el hambre me ha hecho imaginar todo: el canto y el árbol parlante, ¡claro! Que tonto soy, los árboles no hablan, sí, ahora estoy seguro, estoy completamente seguro de que ha sido el hambre lo que me ha hecho imaginar todo esto.

El poeta siguió hablando, hasta que de pronto tropezó con una piedra que se encontraba en el camino, dicho tropiezo propició la caída del poeta, quien se levantó de inmediato y con gran fuerza pateó la piedra en claro síntoma de molestia y a la vez gritó:

- ¡Maldita piedra! ¿Por qué te pones en mi camino?

En ese momento se escuchó una voz bastante molesta

+ ¿A quién le dices maldita?

El joven, molesto por lo que le había sucedido y con la pena de que alguien lo hubiera visto caer, levantó la voz y vociferó:

- No estoy para bromistas, así que, ¡seas quien seas más te vale que salgas de tu escondite!

+ No necesito esconderme pues me acabas de patear, además debo aclararte que no soy maldita; y yo, no me puse en tu camino, tengo mucho tiempo en este lugar, así que, tu eres el que se atrevió a pasar por mi territorio.

- No puede ser, ahora el hambre me hace imaginar a una piedra que me regaña; al paso que voy, al rato imaginaré a un pájaro que hable y baile, no creo poder soportarlo.

+ ¡Claro que lo soportarás! Y no estás imaginando, sí soy una piedra y sí me estás escuchando; por otro lado yo no te estoy regañando, sólo te estoy aclarando que si te caíste no fue por mi culpa, sino porque no venías atento al camino.

- ¿Cómo puedo venir atento si tengo tanta hambre?

+ Pues si tienes tanto apetito ¿por qué no comes?

- ¿Comer? Tu de verdad que estás loca, pero si aquí no hay ninguna tienda o restaurante donde se pueda comer algo

+ ¡Ah! Ustedes los humanos, siempre pensando en que para alimentarse es necesario una tienda y peor aún, creen que sin dinero no pueden comer.

- Me vas a decir que no es necesario el dinero para comprar alimento, si te atreves a decir eso voy a confirmar que eres una piedra muy loca.

+ Pues sí, para alimentarse no necesitas dinero, ve a los pajaritos, ellos no tienen dinero y se alimentan; observa a esa hormiga, en sus pequeños colmillos lleva una hoja que pronto comerá y yo te aseguro que no necesitó ni un sólo centavo para adquirirla.

- ¿Acaso me estás diciendo que debo comer insectos, hojas o pedazos de árbol? Estás alucinando, esa comida es de animales, ¡Jamás probaría algo así!

+ Entonces no tienes tanta hambre, pues de lo contrario ya habrías buscado algo que comer en este bosque; no estoy diciendo que debas comer insectos como lo hacen algunas aves o que debas ingerir hojas como las hormigas, pero podrías buscar algo que tal vez sí te agrade.

- ¡Por favor! Qué podría encontrar en medio de este bosque que me gustara comer.

+ Eso no te lo voy a decir yo, me doy cuenta de que estás acostumbrado a que todo te lo resuelvan y a no hacer esfuerzo alguno para conseguir lo que necesites, de esa manera no vas a lograr encontrar lo que te ha traído a este bosque.

- ¡Tu sabes de dónde proviene el canto? ¡Dime quien lo produce! y dónde lo puedo encontrar.

+ ¡Bueno! de verdad que contigo no se puede y luego dicen que nosotras las piedras estamos cerradas, ¡cerrado estás tu!

- Otra vez me estás agrediendo, si lo vuelves a hacer me voy.

+ ¡Ándale! vete, siempre que alguien no hace lo que quieres, huyes; por eso no logras lo que en tu interior buscas y quieres.
- ¿Me vas a decir dónde puedo encontrar a lo que produce el canto? ¿Sí o no?

+ ¡No! pero a cambio te voy a sugerir que cuando busques algo, no lo busques donde todos lo harían, búscalo a donde tu corazón te dirija.

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