Mi corazón no está bien, me duele saber que muy pronto abordaré ese autobús con destino a Uruapan y sé que daré el ultimo adiós a mi abuelita.
Sé que le debo explicar lo que pasa, decirle que ya es tiempo para que su alma deje este plano y pueda trascender, que no se sienta atada y comprenda su estado espiritual.
Un viaje extraño que me hace pensar, ¿acaso me he vuelto insensible? ¿Por qué ahora no puedo llorar? ¿O simplemente me niego a aceptar la realidad?
No lo sé, no sé ni por qué debo escribir estas líneas y si de verdad es lo que quiero hacer.
Son palabras en desorden, son sensaciones agolpadas, son recuerdos de la infancia, son sus palabras en mi mente.
Es la consciencia de sus desvelos y detalles de amor.
Es su dedicación y sus cuidados, son sus oraciones y bendiciones a distancia, son sus dichos atinados, es el amor de mi abue.
Es la tristeza de saber que ha partido, que ya no escucharé su voz diciendo "Mi muchachito", es saber que sigo vivo y que ella se ha ido.
Me duele esta espera, mi autobús no ha partido.
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